Escenografía
“Trabajar sobre la tragedia renacentista supone hacer un ejercicio de abandono absoluto de nuestros referentes escénicos psicologistas, que nos arrastran ineludiblemente hacia el drama, hijo de nuestra sociedad burguesa contemporánea. Nuestro acercamiento a la Numancia pasa por entender la obra en esa característica construcción del género trágico, que fusiona la violencia con el debate verbal estilizado, enmarcada en las dualidades naturaleza/cultura, barbarie/civilización. La embriaguez de los ritos dionisíacos, al servicio de la vida comunitaria reglada como acto de comunión imprescindible en la constitución de la convivencia democrática.
Nuestra propuesta tenía que tener, por tanto, algo de gran carnaval rural, heredero de los ritos que celebran la circular concepción de la existencia marcada según el ciclo agrario. Espiritualidad y política van de la mano en un universo donde los diferentes estratos históricos se dan la mano, y sustentan la delicada frontera entre los tiempos y las realidades humanas, en el que realizar nuestra propia libertad es siempre un acto de heroísmo”.
Ana Zamora
Para esta pieza dirigida por Ana Zamora, trabajé en una escenografía que reproducía las curvas de nivel de una maqueta de topografía, pero hechas de un material similar al fieltro.
El fieltro tiene, por un lado, el color profundo del barbecho y por otro la sobriedad natural del paisaje castellano: una uniformidad de marrones que sólo quiebra la luz.